La originación de cebada cervecera se realiza bajo contratación directa a través de nuestros distribuidores ubicados en diferentes zonas del país, que abarcan principalmente los departamentos de San José, Colonia, Soriano, Río Negro y Flores.
Actualmente MOSA dispone de un sistema informático que mediante la georreferenciación y una base de datos on-line le permite llevar un registro de cada chacra contratada, así como de las labores que se realizan en ellas. De esta manera se asegura la trazabilidad y calidad de la cebada que luego ingresa al proceso industrial.
Para cortar el proceso de germinación, la malta verde necesita secarse. El proceso de secado remueve el agua de la malta verde, permitiéndole convertirse en un producto estable y almacenable sin deterioro.
Este proceso se regula de tal forma que se produce a bajas temperaturas usando altos caudales de aire, conservando así la actividad potencial de enzimas requeridas para la conversión del almidón y las proteínas durante el proceso cervecero. Cuando el contenido de humedad alcanza aproximadamente el 10%, la temperatura de secado aumenta, para que la malta desarrolle aroma y color a niveles deseados. Al final del secado, el contenido de humedad está entre 4 y 5%.
La inmersión en agua potable de la cebada, es el primer paso en la producción de malta y el más importante para estimular la germinación luego del almacenamiento post cosecha. Al final de esta etapa la cebada alcanza un 40% de humedad aproximadamente.
Continua el proceso iniciado en la etapa del remojo. El grano de cebada se desarrolla, produciendo raíces y secretando hormonas, que estimulan la producción de enzimas. Estas enzimas actúan durante el proceso de malteo y mas tarde en el proceso cervecero propiamente dicho. Al final de la germinación, se obtiene la malta verde con un 40-42% de humedad.